Ya va consumido casi el 10% del siglo XXI. Qué corto es, realmente, un siglo. Y qué chiste, no dejamos de quemar, cada 12 meses, al Año Viejo
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Lo mejor para vivir con tranquilidad siquiera unas cuantas décadas es hacer, de la vida, broma. Y qué fácil fluye el humor en tiempo de inocentes y apagones eléctricos.
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Esteban Albornoz fue un buen técnico en el Ministerio de Electricidad. Pero ha probado que cualquier experto está fuera de foco si no es devoto de San Pedro.
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Tras la experiencia de los apagones, el ex Ministro no pecaría de ingenuo montándose una fábrica de interruptores. O de focos ahorradores.
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Con cruel ironía, el santo fontanero abrió las mangueras del cielo el 29 de diciembre, para empezar a llenar el embalse de Amaluza cuando la revolución ciudadana terminaba la instalación de costosas termoeléctricas emergentes y con la lluvia se suspendieron los apagones.
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Talvez quiso castigar a los técnicos que planificaron con precisión matemática que la terminación de la presa de Mazar coincidiera con el estiaje. Inclusive modificaron el contrato €“con aumento de costos- para que la constructora cumpliera puntual su cronograma.
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Por primera vez en 25 años nadie echó la culpa de los cortes eléctricos a la falta de la presa de Mazar, terminada hace cinco meses, pero que carecía de un pequeño detalle para operar: el agua.
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Para cambiar de tema: los choferes profesionales son culpables de gran parte de los congestionamientos en las calles de Cuenca. Solo faltaría que se les ocurra a las autoridades meterlos en vereda.