El Ecuador del presente tiene grandes diferencias con la imagen de finales del siglo pasado. En Cuenca el mejoramiento de la vialidad y la inseguridad son referentes extremos de lo mejor y peor que no puede ocultarse al comenzar el año 2011

Desde diversas ópticas, Rafael Correa no deja de ser el hombre público más destacado del Ecuador en los últimos diez años.

La primera década del siglo XXI se fue volando. ¿Qué destacaría en el Ecuador en este lapso existencial? Pocos negarán €“afectos o contrarios al actual gobierno- que el derrumbamiento de los partidos tradicionales, la puesta en tela de juicio a los medios de comunicación y a sectores de gran poder económico, más la nueva Constitución, son referentes de una transformación social y política que marca nuevas proyecciones en el convivir y el desarrollo nacional.

La irrupción de un liderazgo enérgico impuesto por el Presidente Rafael Correa bajo principios del que ha llamado Socialismo Siglo XXI, ha desviado el cauce tradicional en la administración del país. El Ecuador de inicios de la segunda década del siglo XXI nada tiene de la imagen y realidad que exhibía al terminar el siglo XX. Es una historia reciente y diferente, alabada por unos, censurada por otros, fruto de un proceso democrático respaldado en consultas populares.

Sociólogos y politólogos tienen en deuda investigar y analizar lo que ha significado en el destino nacional el cambio indiscutible registrado en la última década: ni siquiera en la década, pues viene de hace cuatro años, con la posesión del actual gobierno en enero de 2007. Acaso entre lo más dramático que registró el Ecuador está la insubordinación del 30 de septiembre, cuando el Presidente fue retenido en el centro hospitalario policial al que acudió intentando dialogar con los amotinados. El rescate del mandatario fue un episodio cinematográfico, con muertos y heridos.

En este espacio, solo queda enunciado el fenómeno de la transformación general del país, que amerita ser ahondado por los especialistas, para dar paso, más bien, a una visión local de lo que ha sido el último año para Cuenca y el austro ecuatoriano.

Vías perdurables, con calzada de hormigón, un gran logro del Austro.

Las mejoras en la vialidad son lo más importante que experimentan las provincias del austro, por primera vez con vías de óptimas condiciones hacia la mayor parte del país, quedando pendiente €“pero en marcha- la reconstrucción de la Panamericana Norte a su paso por Cañar y la vía Biblian-Gun-Cochancay, también en marcha.

El tema vial había sido enganche de todos los candidatos presidenciales de los últimos 50 años, con ofertas que no las cumplieron. La poca importancia que ahora dedican los adversarios políticos y aun los medios, para referirse a las soluciones viales dadas al Austro, contrastan con las campañas intestinas sobre la catástrofe de las carreteras en años pasados.
¿Y lo peor que sufren Cuenca y el austro en la actualidad? No hay que pensarlo dos veces para afirmar que es la falta de seguridad, por el predominio de la delincuencia. Es curioso que la peligrosidad haya llegado a tan alto nivel, cuando también es indiscutible que en la actual administración se ha equipado, como nunca, a la fuerza pública, para desarrollar su labor profesional. En el último año hasta se dotó de un helicóptero a la Policía de Cuenca.

Durante 2010 arreciaron los asaltos a bancos, a la propiedad privada y pública, a veces con resultados sangrientos y traumáticos. Un ejemplo que amerita marcarlo es el robo de más de dos quintales y medio de joyas de oro de las bóvedas del Monte de Piedad del IESS, entre el 2 y el 5 de abril, días de Semana Santa, sin que hasta la fecha se tenga resultado de las investigaciones. Más de seis mil depositantes fueron perjudicados con alrededor de seis millones de dólares y solo recuperaron en parte los valores.

La planta asfáltica del Consejo Provincial empezó a cambiar la precaria situación de la vialidad interna del Azuay.

También marcaron el año 2010 errores de la Policía en la lucha contra el delito. El 3 de julio, persiguiendo a los asaltantes a una agencia del Banco del Austro en la Nueve de Octubre, el ciudadano Carlos Gilberto Salamea, a quien tomaron por rehén los malhechores, fue acribillado a balazos y las autoridades tuvieron que disculparse ante los familiares.

El 2 de diciembre, otra discutible actuación policial: Edwin Barros, estudiante universitario de 21 años que, en estado etílico, se resistió a detener la marcha del carro que conducía, recibió un impacto de bala que le produjo la muerte. Esta vez hay elementos policiales bajo investigación.

También en Cuenca, como en otras partes del país, ha habido casos de justicia por mano propia, ante la psicosis de la delincuencia y la baja confianza en la Policía y la Justicia. El 26 de julio fue quemado vivo Ángel Molina, sospechoso de robar domicilios en áreas periféricas de la ciudad.

Pero no pueden dejar de al menos citarse notas positivas de beneficio social y colectivo que tienen espacio en otras secciones de ésta y otras ediciones de la revista: las calles del centro histórico de Cuenca lucen en buenas condiciones, tan diferentes de las que tenían al termino de la administración municipal precedente. Las mejoras de servicios urbanos a cargo de la empresa ETAPA, la Empresa Eléctrica Regional, el Ministerio de la Vivienda, son dignas de reconocimiento. También la acción de organismos públicos nacionales y locales para promocionar el turismo, cuya presencia es evidente con visitantes del mundo que generan movimientos económicos multiplicadores en diversos ámbitos sociales y productivos.