Pero hay fallas del sistema: en Sudáfrica las reparaciones a las víctimas consisten en el pago de unos 4.000 dólares, pero no se tomó en cuenta las diferencias de poder dentro de las familias ni la histórica falta de acceso de las mujeres a las cuentas bancarias

NACIONES UNIDAS (IPS) - Cuando se detectan episodios de violencia sexual, contra hombres, mujeres o menores de edad, en las misiones de paz de la ONU, ésta no demora en identificar a los responsables y expulsarlos a sus países de origen. Pero no puede hacer nada para procesarlos, hacer justicia o asegurar una adecuada indemnización a las víctimas.
 
Los 193 estados miembro, que contribuyen con miles de efectivos a las misiones de paz en Asia, África y América Latina y el Caribe, quedan fuera del largo brazo de la ley. El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, aprovechó una cumbre en Londres, para divulgar una serie de pautas llamadas “Reparaciones para la violencia sexual en conflictos”.
 
Las reparaciones incluyen retribución, indemnización, rehabilitación y garantías de no repetición. “Un elemento clave de la reparación es que debe ser proporcional a la gravedad de la violación y al daño sufrido”, señala el documento de 20 páginas.
 
Ban Ki-moon, Presidente de la ONU
Sanam Naraghi Anderlini, una de las fundadoras de la Red Internacional de Acción de la Sociedad Civil (ICAN, por sus siglas en inglés), comentó que sería útil saber cómo la ONU divulgará la guía para que todo su personal esté capacitado para atender este problema. “¿Y qué medios tienen para asegurar su cumplimiento?”, preguntó. En otras palabras, ¿estas pautas son opcionales o sientan las bases para un estándar de operaciones para la ONU?
 
“¿Qué sanciones se prevén para quiénes no las cumplan? ¿Cómo supervisarán esto?”, prosiguió Anderlini, quien también es investigadora del Centro de Estudios Internacionales del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
 
En el informe, la ONU también menciona algunas fallas del sistema actual. En Sudáfrica, por ejemplo, las reparaciones a las víctimas de violencia sexual consisten en un pago único de unos 4.000 dólares. Pero la medida no tomó en cuenta las diferencias de poder dentro de las familias, así como la histórica falta de acceso de las mujeres a las cuentas bancarias.
 
“Grupos de víctimas denunciaron que el dinero se depositaba en las cuentas de los hombres de la familia y que las mujeres tenían un acceso limitado o ningún control sobre el mismo”, señala la guía. En algunos casos, las tensiones sobre cómo utilizar el dinero terminan desembocando en violencia familiar, según la ONU.
 
Shelby Quast, directora de política de la organización Equality Now, con sede en Nueva York, dijo que es fundamental que las reparaciones se enmarquen en el desarrollo de un marco legal sustentado en los derechos humanos para proteger los derechos de las mujeres y de las niñas al término del conflicto en el periodo de desarrollo. “Como es tanta la violencia sexual contra las adolescentes, también es importante que las reparaciones sean variadas -médica, psicológica y económica, entre otras- y se preste especial atención a la necesidad única de las niñas en una época particularmente formativa de su vida”, añadió.
 
En la cumbre para “Acabar con la violencia sexual en Conflictos”, la representante especial de la ONU dedicada a este asunto, Zainab Hawa Bangura, subrayó: “Las reparaciones quedan sistemáticamente fuera de las negociaciones de paz o al margen cuando se fijan las prioridades de fondos, aun cuando son de suma importancia para las supervivientes”.
 
La subsecretaria general para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, mencionó un estudio del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia que concluyó que en los campos de concentración cerca de Sarajevo habían sido violados entre 4.000 y 5.000 presos.
 
Una investigación en el este de República Democrática del Congo señala que uno de cada seis hombres entrevistados dijeron haber sufrido violencia sexual en el marco del conflicto. Otro estudio realizado tras la guerra en Liberia concluyó que entre los excombatientes, 42 por ciento de las mujeres y 33 por ciento de los hombres habían sufrido violencia sexual. “Nos falta mucha información, pero sabemos que el número de casos de delitos sexuales denunciados está por debajo de la realidad, son especialmente difíciles de cuantificar los que sufren hombres y niños”, observó Amos.
 
La subsecretaria general y directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, remarcó que urgen medidas más fuertes y que “la violencia sexual en conflicto es una prioridad para nosotros”.
Anderlini, quien ha estudiado este tema y tiene mucha experiencia de campo, dijo que las víctimas de violencia sexual deben tener el derecho y la capacidad de salir de la victimización y recuperar sus vidas. Por eso necesitan asistencia física y psicosocial, acceso a la justicia y oportunidades educativas y profesionales para reconstruir sus vidas. También requieren un contexto sociocultural que las
acepte y las respete, subrayó.
 

Anderlini, quien ha estudiado mucho este tema y tiene mucha experiencia de campo, dijo que las víctimas de violencia sexual deben tener el derecho y la capacidad de salir de la victimización y recuperar sus vidas. Por eso necesitan asistencia física y psicosocial, acceso a la justicia y oportunidades educativas y profesionales para reconstruir sus vidas. También requieren un contexto sociocultural que las acepte y las respete, subrayó.

Además, precisó que la justicia para las víctimas no debe limitarse al aspecto legal o a un programa concreto de reparación que depende de que las personas declaren.
 
“La gente debe tener derecho a guardar silencio si es su elección, pero también tiene derecho a la justicia social, es decir que el marco debe ir más allá de solo programas de reparación para garantizar la salud, la educación, los planes de integración económica en conflicto o pos-conflicto integrar y atender las necesidades de las personas perjudicadas por la violencia sexual. Por ejemplo, las clínicas de salud y el personal sanitario deben estar capacitados para manejar la violencia sexual en todos esos contextos”, apuntó.
 
Las víctimas de violencia sexual deben poder acceder a oportunidades y capacitación profesional y educativa que también integre una dimensión psicosocial y el apoyo de una terapia grupal, remarcó Anderlini, autora de “Women Building Peace: What They do, Why it Matters” (“Mujeres construyen paz: qué hacen, por qué importa”).

Suscríbase

Suscríbase y reciba nuestras ediciones impresas en su oficina o domicilio llamando al 0984559424

Publicidad

Promocione su empresa en nuestras ediciones impresas llamando al 0999296233