La empresa de agua, alcantarillado, saneamiento y telecomunicaciones abre los senderos por los que se expande la ciudad de Cuenca por todas las direcciones
La calle Benigno Malo, a la izquierda hacia los años 30 del siglo pasado, con la casa municipal en primer plano. A la derecha, la misma calle con las edificaciones de hoy con la sede de la empresa ETAPA. En ambas, al fondo, la casa Tosi, en el parque Calderón.
Este 15 de enero se cumplen 46 años de la publicación de la ordenanza que creó la Empresa de Teléfonos, Agua Potable y Alcantarillado (ETAPA). El documento fue aprobado en sesiones municipales el 15 de agosto de 1967 y el 2 de enero de 1968.
Al crearla se consideró “que los problemas ocasionados en la prestación de servicios de agua potable, alcantarillado y teléfonos en la ciudad de Cuenca como en sus parroquias rurales se han agravado notablemente debido al gran crecimiento demográfico y que las soluciones adoptadas hasta el presente son insuficientes para resolver el problema y peor aún el problema futuro”.
Por entonces la ciudad tenía 80 mil habitantes, contaba con 39 kilómetros de redes de agua potable, 93 kilómetros de alcantarillas y 240 litros de agua potable por segundo.
La historia de dotar de servicios básicos a Cuenca no empieza con ETAPA, pues desde inicios del siglo XX la Municipalidad había abordado, en la medida de sus posibilidades técnicas y económicas, las soluciones apremiantes de una ciudad cuyas condiciones de salubridad acaso entonces poco diferían de las que a mediados del siglo XIX denunciara Fray Vicente Solano, el clérigo pendenciero que abordaba todos los menesteres: “Cuenca se parece a una ciudad asiática con relación a su desaseo. Por doquiera que se extienda la vista se hallarán bascosidades; las calles son las letrinas del populacho: las acequias que reciben las basuras de las casas no corren con libertad; las que están fuera de las habitaciones principales contienen un fango que jamás se limpia: la acequia que llaman del Gallinazo pone el cúmulo de todos los principios de corrupción, por ser el depósito de todas las inmundicias de las casas contiguas y porque la poco agua que corre no es suficiente para limpiarlas”.
De 1914 datan las primeras inquietudes por abastecer de agua potable a la ciudad, pero sólo una década después, el 12 de diciembre de 1924, se convoca por el diario El Mercurio fundado cuarenta días antes, la licitación “para la provisión de agua potable y canalización de la ciudad”.
En los años y décadas subsiguientes la principal preocupación municipal serían el agua potable y saneamiento, que llegan a cumplirse medianamente hasta la mitad del siglo XX, cuando entra a operar la planta de El Cebollar y se han hecho obras de canalización venciendo a los vecinos que se oponían al cierre de las antiguas acequias, o se resistían a pagar por el agua “que es un regalo de Dios”.
El 14 de febrero de 1949 la municipalidad, con el Alcalde Enrique Arízaga, crea la Empresa Municipal de Luz, Agua y Teléfonos (EMLAT), responsable del abastecimiento de servicios básicos, que constituiría uno de los hitos en la gestión encaminada a tecnificar y especializar estas actividades. Ese mismo año, Cuenca inauguró la primera planta de teléfonos automáticos del país, inicio de la trayectoria seguida por la Municipalidad hasta alcanzar el singular desarrollo actual en las telecomunicaciones.
La empresa EMLAT perduró hasta el 30 de abril de 1964, cuando en la alcaldía de Severo Espinosa fue derogada la ordenanza que la creó, a raíz de problemas laborales y técnicos que obligaron a que sus responsabilidades las volviera a asumir la propia municipalidad.
Pero las necesidades básicas de Cuenca demandaban soluciones emergentes. En 1967 la ciudad soportó una temporada invernal que puso a prueba los sistemas de agua y alcantarillado, lo que llevó al Alcalde Ricardo Muñoz Chávez a proponer la creación de una empresa municipal con autonomía administrativa y económica encargada exclusivamente de abordar los problemas cuya gravedad iba en crecimiento. Entonces nació ETAPA.
También influyó para la creación de ETAPA la pugna entre la Municipalidad de Cuenca y el Instituto Ecuatoriano de Obras Sanitarias, organismo al que el gobierno le asignó los recursos para obras sanitarias que debían ejecutar las municipalidades. Cuenca reclamó que los fondos le fueran entregados directamente y esta posición alentó las discrepancias.
La presencia de la empresa ha sido fundamental para el desarrollo de los servicios de agua, alcantarillado, saneamiento y comunicaciones en el cantón Cuenca, con índices de cantidad y calidad reconocidos con categoría de liderazgo en el país y el exterior.
Los planes maestros de agua y alcantarillado, la planta de tratamiento de aguas residuales en Ucubamba, la expansión de la cobertura telefónica y de internet con la mayor penetración en el país, reconocimientos internacionales en la gestión ambiental, la preservación y mantenimiento de fuentes hídricas y la declaratoria de la zona de El Cajas como Patrimonio Natural de la Humanidad, hacen de Cuenca una de las ciudades latinoamericanas mejor dotadas de servicios básicos y de calidad.
Las grandes obras de los planes maestros, los emprendimientos en materia de telecomunicaciones y saneamiento ambiental, con inversiones de millones de dólares, son fuente de generación de empleo para una importante mano de obra y de técnicos calificados, relacionándolos a ellos y a la empresa con sectores de avanzada tecnología y servicios públicos a nivel internacional.
Las estadísticas hacen conocer la realidad actual de los servicios de ETAPA a la población: en el cantón Cuenca 28,47 de cada 100 habitantes disponen de teléfono, de ellos el 31,98% en el área urbana y el 22,03% en la rural. De los mil aparatos instalados en 1949 la cifra ha crecido a 151.875, más 17 mil inalámbricos convencionales.
En internet los usuarios llegan a 56.568, con un crecimiento de más del 700% en los últimos cuatro años, pues en 2009 los usuarios eran 6.976.
Para cubrir las necesidades de agua potable de Cuenca, ETAPA dispone de 626.312,128 metros de extensión de redes en el área urbana y 168.470,892 metros en el área rural; en tanto que, en alcantarillado, son 883.979,745 metros en el área urbana y 306.878,483 metros en el área rural.
Según la Subgerencia de Planificación de ETAPA a octubre de 2013 el 97.9 % de la población urbana de Cuenca cuenta con agua potable, con una población servida de 361.497 habitantes, a través de 96.724 conexiones domiciliarias.
En el área rural, la cobertura es del 89,4 % para 48.426 habitantes, a través de 17.601 conexiones. En el cantón, con 450.064 habitantes y 114.325 conexiones de agua, la población servida es del 96.4% en el área de servicio de ETAPA.
En alcantarillado, también las estadísticas muestran que en el área urbana con 91.179 conexiones, el 94.2% de la población accede al servicio. En el área rural, los beneficiados son 48.426 habitantes, con una cobertura del 42.24% a través de 10.274 conexiones.
El total cantonal, con 450.064 habitantes y 101.453 conexiones, evidencia que el 87.8% de la población urbana y rural de Cuenca del área de servicio de ETAPA dispone de alcantarillado.
ETAPA ha acumulado reconocimientos a nivel nacional e internacional por la calidad de sus servicios, de organismos públicos y particulares. Recientemente ha puesto a funcionar estaciones de radio y televisión, para ampliar sus servicios, aprovechando el acceso a las tecnologías más avanzadas para ponerlas a disposición de la colectividad.
Una laguna de El Cajas, zona protegida por ETAPA; los chorros de la antigua planta de agua de El Cebollar, y, la pileta en el centro de la Plaza de Armas, primera obra de servicio público de agua de Cuenca, cuando aún no se han sembrado los pinos que ahora se aproximan a los 140 años de edad.