Galo Ordóñez y Agustín Rengel, técnicos que laboraron en la empresa municipal ETAPA evocan las peripecias iniciales de la gestión de la empresa que este enero cumple 47 años
Galo Ordóñez Espinosa y Agustín Rengel Barrera, evocan los tiempos iniciales de la empresa ETAPA, donde se iniciaron como técnicos en tareas de ingeniería sanitaria. El segundo, fue Gerente de la empresa por tres períodos.
Los rigores invernales o las inclemencias veraniegas han dado siempre de qué hablar a los cuencanos: en el pasado, cuando por esas causas había cortes de agua o inundaciones, era aún peor y por eso en 1968 se creó la empresa municipal ETAPA.
Galo Ordóñez Espinoza, joven ingeniero entonces, recién ingresado a esa empresa, recuerda que el portero de la planta de agua de El Cebollar, Agustín Cabrera, hombre de grandes convicciones religiosas, creía que las fallas en la planta tenían una explicación más que científica: la planta estaba rodeada de las casas de cita de “las cariñosas”, como se las llamaba a las profesionales de la especialidad que laboraban por allí y siguen hasta ahora en el barrio Cayambe. Había un castigo divino de por medio.
Recién creada ETAPA, una inspección de campo en la que constan el alcalde Ricardo Muñoz Chávez, José Pérez Carrión y Fernando Malo, con técnicos y obreros de la institución (foto de Galo Ordóñez) |
“Empezamos en cero, sin muebles ni instrumentos de topografía, sin planos ni catastros, con un equipo de carros viejos, como una volqueta GMC donada por el Servicio Interamericano de Salud Pública que llevaba de su casa a la oficina y a los frentes de trabajo al ingeniero Raúl Saa Chacón, técnico de la ampliación de la planta de El Cebollar. Cuando pidió que le dieran un carro pequeño que no le estropeara en sus movilizaciones, se lo negaron, por falta de recursos”, comenta.
Al nacer ETAPA recién había sido cubierto el canal del Gallinazo, que llegaba a la avenida Huayna Cápac luego de pasar dividiendo el cementerio en las secciones de los pobres y los ricos con la quebrada Supac Huayco, donde iban a parar los restos de los ateos y maldecidos por la Iglesia, como la poetisa Marieta Veintimilla de Galindo o el prócer liberal Luis Vargas Torres. También el canal del Chanchaco, que bajaba por la calle Juan Jaramillo y llegaba a Monay por la avenida Roberto Crespo, hoy González Suárez: las aguas servidas de Cuenca eran apetecidas para regar los terrenos agrícolas del trayecto.
Una foto histórica: construcción de la planta telefónica de ETAPA en 1945, que persiste hasta hoy, remodelada |
ETAPA empezó por planificar los servicios de agua, alcantarillado y teléfonos. Al ingeniero Ordóñez le asignaron el catastro de los colectores, construidos medio siglo atrás, como el de la Gran Colombia. “Me metí a esos desagües subterráneos con una linterna y sin máscara protectora, para medir las secciones y tomar fotos. Al reflejo de la luz se veía los ojos incandescentes de las ratas, una de las cuales mordió mi bota y por precaución me llevaron al hospital a vacunarme contra la tifoidea y la rabia o para descartar los tétanos: por ventaja, el roedor no me había incrustado los dientes”, dice el profesional, que recuerda con humor esas hazañas.
A partir de crearse ETAPA Cuenca ha experimentado una gran expansión y modernización de los servicios. “El ingeniero Richard Muller –dice- diseñó hacia 1945 la ampliación de la planta de El Cebollar, considerando que la ciudad en 1972 tendría 160 mil habitantes y limitaría al norte con la calle Rafael María Arízaga; al sur con la Calle Larga; al este con la Huayna Cápac y al occidente con la calle Miguel Vélez: aunque acertó en la población, falló en los linderos, rebasados en mucho a lo previsto”.
En tiempos iniciales de ETAPA ya se había pensado en la construcción de una planta de tratamiento de aguas residuales y el sitio para instalarla era al oriente de Cuenca, en terrenos de una familia León Delgado, donde está hoy una urbanización del Colegio de Ingenieros: estudios posteriores determinaron la ubicación en Ucubamba, donde está hoy.
Galo Ordóñez considera que la presencia de ETAPA ha sido decisiva para desarrollar y transformar la dotación de servicios públicos a Cuenca. Los planes maestros y la construcción de nuevas plantas de agua –Tixán, Sustag- más sistemas rurales dispersos en parroquias y caseríos, tienen bien abastecida a la población del cantón.
Para tener una referencia sobre la expansión de la ciudad, cita que en 1983 el consorcio ecuatoriano-brasileño INAM Oteco había catastrado en cuatro mil hectáreas la superficie de Cuenca que, en la actualidad, sobrepasa de las 26 mil hectáreas. En esa proporción han crecido las obras y servicios para atender las necesidades de la población.
Agustín Rengel Barrera laboró en ETAPA desde los años iniciales de su creación: se inició como dibujante pero también tuvo a su cargo revisar documentos anteriores que inclusive tenían el logotipo de EMLAT, la empresa municipal de luz, agua y teléfonos, creada en 1948 y desaparecida en 1964.
En la Alcaldía de Pedro Córdova (1978-1984) ejerció de Director Técnico y por tres años la Gerencia General de ETAPA. También estuvo en la gerencia en las dos administraciones del Alcalde Xavier Muñoz Chávez (1984-1988 y 1992-1996). De sus primeros años en la empresa destaca haber sido ayudante de José Pérez Carrión para la ampliación de la planta de El Cebollar: un técnico que introdujo modificaciones en el sistema de potabilización del agua, con los sedimentadores lineales, una innovación que luego fue aplicada en varios países latinoamericanos.
También destaca, como gestión de la que se siente orgulloso, haber promovido la protección de la zona de El Cajas, mediante la adquisición de los terrenos colindantes, tarea que prosiguieron posteriores administraciones municipales. “La adquisición de Mazar fue la primera experiencia en el Ecuador para defender las fuentes hídricas, en tiempos en los que se talaba indiscriminadamente la vegetación silvestre y hubo de emprenderse en una batalla en contra de los depredadores”, dice.
La adquisición de los bosques se hizo con apoyo del gobierno del Presidente Oswaldo Hurtado, con recursos provenientes de aportes relacionados con la Guerra de Paquizha. El argumento de que defender la naturaleza podía justificar el uso de esos fondos, contó con el apoyo del legislador Juan Tama y el edecán presidencial Belisario Pinto, más el visto bueno del Congreso Nacional.
La adquisición de los predios protectores de El Cajas y el impulso para la posterior construcción de la planta de tratamiento de aguas residuales, en Ucubamba, son actividades que destaca de su paso por la empresa ETAPA.
En el plano de la telefonía, Rengel impulsó la ampliación de la red de Cuenca, que estaba atada a la firma Ericsson desde 1945 y requería incursionar en procesos de modernización que vinieron al con la empresa francesa ALCATEL y el paso de la telefonía digital a la fibra óptica y posteriormente la irrupción de la telefonía celular a mediados de los años 90 del siglo pasado.
El ex Gerente de ETAPA considera que la empresa debe revisar las tarifas de los servicios, que están inmóviles desde hace 11 años, a pesar de los cambios que se han producido en la última década en costos de producción y los sistemas que deben ir mejorando constantemente.
Actualmente el 97,7% de la población urbana y el 89,5% de la rural de Cuenca está abastecida de agua potable, mientras en telefonía fija hay 152 mil usuarios. Además la empresa brinda servicios de internet, televisión y tiene una emisora pública.