Los pisos deteriorados, las escaleras crujientes, las paredes plagadas de trizaduras y los pasillos con entablados tambaleantes, cedieron paso a la restauración para alojar a la sede del Gobierno Provincial del Azuay en el presente y el futuro
Los pisos deteriorados, las escaleras crujientes, las paredes plagadas de trizaduras y los pasillos con entablados tambaleantes, cedieron paso a la restauración para alojar a la sede del Gobierno Provincial del Azuay en el presente y el futuro