La falta de ayudas técnicas en los aviones de la compañía – que sí tienen otras empresas- le limita la capacidad de operar en la pista corta de Cuenca en condiciones meteorológicas adversas. Un avión procedente de Quito demoró un día para aterrizar en Cuenca, causando una turbulencia política y administrativa que dejó sin piloto a la compañía, pues su gerente renunció
El vuelo del viernes 21 de julio salió de Quito atrasado y al aproximarse a Cuenca el piloto decidió abortar el aterrizaje por falta de visibilidad en la pista, desvió a Guayaquil y tras reabastecerse de combustible volvió a Cuenca, donde no habían mejorado las condiciones meteorológicas y regresó a Quito.
Entonces se anunció la cancelación del vuelo y mientras la mayor parte de pasajeros se resignó a desocupar el avión, más de treinta asumieron una actitud de hecho: mantenerse en la nave y exigir el viaje a Cuenca, lo que al fin se produjo al terminar el día.
Al parecer faltó coordinación entre el personal responsable de la transportación, pues lo apropiado hubiese sido que en vista de la situación presentada la compañía embarcara a Cuenca, vía terrestre, a los pasajeros, desde el aeropuerto de Guayaquil.
Son frecuentes las dificultades en la ruta de Quito a Cuenca, más con los aviones de TAME. Pero esta vez dos pasajeros influyentes no aceptaron el maltrato: Fernando Cordero Cueva, ex Ministro de Defensa del gobierno de Correa y ex Presidente de la Asamblea Nacional y, Doris Solíz, asambleísta por Azuay y ex dirigente del movimiento gobiernista alianza PAIS. Sus reclamos cambiaron la decisión de cancelar el vuelo.
El episodio ha causado controvertidas consideraciones: ¿Es de exclusiva responsabilidad del piloto tomar decisiones que garanticen la seguridad de la vida de los pasajeros y de su propia vida? ¿Pueden las influencias políticas contravenir las normas técnicas alusivas a la operación aérea?
Los pasajeros del vuelo “accidentado” en actitud de protesta por lo que con sideraron maltrato a los usuarios en el episodio reciente. El personaje más visible es Fernando Cordero Cueva, alto funcionario del gobierno anterior y del actual..
Al margen de tales interrogantes, el caso se inscribe dentro de una consideración mayor que generalmente no es tomada en cuenta: las características del aeropuerto de Cuenca que, con apenas 1900 metros de largo y 38 de ancho, limita las operaciones de aproximación y despegue, especialmente de las naves que, como las de TAME, no disponen de ayudas técnicas para operar sin restricciones en pistas cortas.
La ubicación del aeropuerto Mariscal La Mar dentro del área urbana de Cuenca y las reducidas dimensiones de la pista influyen en las operaciones de aproximación que, otras compañías, las hacen con esas ayudas técnicas. Este aeropuerto, además, no tiene zonas de seguridad a los extremos ni hacia los lados. Lo que pasó con un avión de TAME en abril de 2016, es una prueba de ello: ante una emergencia en el aterrizaje no hubo espacio para evitar salirse de la pista.
Para una completa seguridad en las operaciones aéreas a Cuenca se necesitaría ampliar la pista –un imposible- o, su reubicación en una zona que debería escogerse a una distancia prudencial. Para TAME, lo que correspondería de inmediato sería proveerse de las ayudas técnicas que faciliten la llegada y salida en el aeropuerto local, cuyas características especiales provocan restricciones por razones meteorológicas.
También está claro que se precisa una gestión administrativa de la compañía que empiece por la estabilidad de sus autoridades, pues en los últimos cuatro años al menos cinco personas han pasado por la Gerencia General, limitando el desarrollo integral del servicio considerando las condiciones particulares de las zonas del país a las que la empresa presta sus servicios.
Desde que en 2012 TAME pasó de empresa privada, manejada por los militares, a empresa pública, ha venido sufriendo dificultades administrativas, operacionales y económicas acaso por connotaciones políticas que influirían en su funcionamiento y sus servicios. Se conoce que varias rutas internacionales lo que produjeron fueron pérdidas.
Un informe “coincidencial”
El 27 de julio la Junta Investigadora de Accidentes hizo conocer a la Municipalidad de Cuenca el informe del percance aviatorio del 28 de abril de 2016, cuando un avión de la compañía TAME se salió de la pista durante la operación de aterrizaje, presumiblemente a causa de la lluvia y la neblina que predominaban en el ambiente.
La presentación del informe –que al cierre de esta edición se lo mantenía en reserva- coincide con el bullado caso de la situación creada por el reciente vuelo del 21 de julio que sólo puedo llegar a término en el tercer intento de aterrizaje en la pista con condiciones meteorológicas adversas.
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