por: Francisco Escandón Guevara
Una moneda por sí sola es incapaz de solucionar una crisis económica. Las élites ocultan que los primeros años la dolarización fue sostenida por las remesas de los emigrantes y posteriormente, en buena parte de estas dos décadas, por las altas cotizaciones del petróleo
En marzo de 1999, el gobierno de Mahuad y los socialcristianos decretaron un paquetazo económico (incremento del precio de combustibles y del IVA, feriado bancario, etc.) y anunciaron el inicio de la dolarización.
Sólo un año después el Estado ecuatoriano acogió formalmente la dolarización, pero en ese período de incertidumbre, las élites aprovecharon la liberalización del cambio y la desregularización monetaria para acumular mayor riqueza. Así, usando información privilegiada intercambiaron sucres por dólares a razón de 7000 por 1.
En la competencia por enriquecerse, la burguesía acaparó las divisas norteamericanas y desencadenó la pérdida de valor de la moneda ecuatoriana hasta llegar al intercambio de 25000 sucres por 1 dólar. Esta práctica especulativa de las élites produjo un cruel proceso inflacionario, la reducción del consumo familiar, el empobrecimiento generalizado de las masas, etc.
20 años después, de una de las peores crisis, la oligarquía festeja la dolarización desempolvando a las viejas figuras de la partidocracia, a sus socios, para barnizarlos de falsa inocencia después de que quebraron el país.
Aprovechan para aplaudir a Mahuad y Dahik, los presentan como padrinos de una economía sin inflación y sin devaluaciones continuas. Todo gracias al popular dólar, a pesar de que precios de la canasta básica familiar están internacionalizados y los salarios desvalorizados.
Pero una moneda por sí sola es incapaz de solucionar una crisis económica. Las élites ocultan que los primeros años la dolarización fue sostenida por las remesas de los emigrantes y posteriormente, en buena parte de estas dos décadas, por las altas cotizaciones del petróleo.
Mientras continúan los festejos, la dolarización está amenazada por la iliquidez. Cada vez hay menos dólares en el Ecuador, sale más dinero por importaciones que lo ingresado por exportaciones, ese déficit crece con la fuga de divisas una vez que el gobierno eliminó impuestos para los ricos, otro factor de riesgo es la gigantesca deuda externa y las escasas reservas internacionales, por lo tanto, es previsible una nueva recesión.
Para evitar la desdolarización urgen mayores controles estatales, caso contrario es necesaria una salida controlada y responsable para recuperar la soberanía monetaria.
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