En pocas semanas el mundo entero dejó de ser lo que fue, una sociedad global, de un dinamismo estresante y desbocado y la confianza ilimitada de que vivíamos “en el mejor de los mundos posibles”

La negativa de Jaime Nebot a candidatizarse para la Presidencia de la República en los comicios del febrero del próximo año, prácticamente fue, la “señal de disparo” de la carrera electoral, rumbo a la primera magistratura, en un momento no solo de pandemia, sino de descrédito de la política y el Estado, causa de los graves casos de corrupción y la dejación de funciones del gobierno central, respecto al manejo del país.

Nebot, que se perfilaba como favorito en los sondeos para la Presidencia de la República, con su negativa a ser nuevamente candidato, dejó un vacío en las expectativas electorales, que de inmediato han pretendido ser llenadas por una serie de pre candidatos. Luego de darse la seguridad de que el líder socialcristiano no sería aspirante a la Primera Magistratura del país, desde el área del oficialismo, se dio un movimiento en esa dirección, cuando el ahora ex Vicepresidente Otto Sonnenhozner, renunció a la Segunda Magistratura, con argumentos tan baladíes, como las críticas que se le han hecho supuestamente por mantener un perfil alto en las acciones para combatir el COVID-19, pretexto que nadie se lo ha creído, y más bien ha incrementado la presunción de que él sería el indicado desde el oficialismo para una eventual candidatura presidencial.

Pero si se hila fino, la renuncia de Nebot a ser candidato, tendría que ver directamente con la posibilidad de que Sonnenhozner lidere una alianza de los sectores denominados de Centro-izquierda para captar la Presidencia de la República por el período 2021-2025, alianza de la cual, de hecho, se hallaría excluido el aspirante de CREO Guillermo Lasso, que en los últimos tiempos se ha ido desdibujando como aspirante sólido, pese a las donaciones del banco que gerenciaba, de equipos, medicinas y alimentos dentro de la crisis sanitaria y social que se vive. Otros aspirantes en la carrera presidencial y para asambleístas, también han ejercido el proselitismo de las donaciones para ganar popularidad entre los sectores más necesitados, vieja y manida táctica electoralista, que, lamentablemente, todavía resulta un señuelo para amplios sectores necesitados de atención.

Otros aspirantes a la Presidencia de la República que van perfilándose son: Jimmy Jairala, que, a pesar de las denuncias sobre su gestión en la Prefectura del Guayas, constituiría el único aspirante para una posible alianza entre su agrupación, Centro Democrático y el Correísmo, con posibilidades dentro de las próximas elecciones. El sector indígena baraja las opciones de algunos líderes, entre ellos el Prefecto Provincial del Azuay, Carlos Pérez Guartambel, de hecho, la figura más presentable, políticamente hablando del grupo de caudillos indígenas que cometieron errores de bulto durante el levantamiento de octubre del año pasado, con sus excesos de incendios, agresiones y terror en las ciudades, un certificado de “mala conducta” para los sectores urbanos medios, e inclusive algunos populares.

Quedarían otras opciones, como la del multimillonario e inefable Alvarito Noboa, a quien algunos políticos ambiciosos quieren persuadirle para lanzarse por cuarta vez a la palestra electoral, en una especie de aventura recurrente al estilo de Trump “De magnate a Presidente.”

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