Este tramo de la vía Cuenca-Girón-Pasaje, reparado a comienzos de 2022, se encuentra nuevamente en las condiciones que muestra la foto. Un despilfarro
impune de recursos públicos.

El austro del país tiene carreteras de verano que operan bajo cuidados intensivos. El tema, repetitivo, no puede evadirse, pues las condiciones de aislamiento son cada vez más graves y no hay un liderazgo efectivo para el reclamo frontal a los gobiernos

Las características del sistema vial dan al Ecuador paisajes contrapuestos: en el norte y la costa carreteras de primera y la zona sur, de última calidad. Viajar permite confirmar “en territorio” la afirmación. ¿A qué se debe el discrimen? Acaso las respuestas sean la prevalencia política al planificar las obras según la “importancia” de las provincias por el número de votos electorales; o las condiciones geológicas de la topografía, que encarecen las obras en zonas inestable.

Varias justificaciones tendría el inveterado maltrato a la vialidad del austro ecuatoriano, pero hay una razón indiscutible: la absoluta sumisión de las autoridades locales al centralismo que privilegia a unas provincias e ignora a otras en la programación. El reclamo por la vialidad es permanente en medios de comunicación locales, pero el silencio de alcaldes, gobernadores, prefectos y otras autoridades es palmario, como de medios de comunicación que se dicen nacionales por transmitir o difundir noticias y comentarios desde Quito o Guayaquil, capitales política y económica del Ecuador: la prensa grande ve con miopía a “las provincias”.

La precariedad vial incomunica al austro, significa pérdida de tiempo y encarecimiento en el traslado de mercadería y materias de consumo y producción. La resignación ha acabado por imponerse también en las cámaras, la academia, gremios profesionales y laborales, que deberían liderar el reclamo a favor del pueblo al que están vinculados. Ciudadanos del austro han ocupado y ocupan en los últimos años ministerios y altas funciones públicas, sin que su presencia en esas esferas garantice dar soluciones básicas a sus provincias, como en vialidad. Si las finanzas públicas son restringidas, no es justo que los gobiernos obtengan dinero de cualquier manera para privilegiar a unas regiones, mientras sacrifican a otras con indiferencia y abandono.
Cinco ministros de Transporte y Obras Públicas vieron destruirse el sistema vial del austro del país desde mayo de 2017, sin construir nuevas obras, ni mantener antiguas carreteras de conexión con el norte, con la costa y la amazonia. Tampoco, a esa fecha, la región era ni medianamente atendida.

Paúl Granda López, abogado cuencano, fue el primer titular de los cinco años y Marcelo Cabrera Palacios, ingeniero cuencano, el último, quien dejó el gabinete del presidente Lasso tras los episodios de la CONAIE en junio, junto con otros ministros.

Autopista Latacunga - Salcedo, cuyas características marcan una diferencia con las pésimas condiciones de las que tienen las vías del austro ecuatoriano

La vialidad del sur del país ha sido precaria siempre, es ahora y será en el futuro inmediato, en contraste con las autopistas y carreteras expeditas del resto del Ecuador, en una incomprensible segregación de la infraestructura para integrar Azuay, Cañar, Loja, con las provincias vecinas y con el territorio nacional.

El tema hay que abordarlo desde fuentes oficiales. El ministro Granda López presentó el plan de vialidad para la zona al inicio del gobierno de Lenín Moreno, con seis proyectos en ejecución que debían terminarse: vía Cuenca-Biblián, 107.9 millones de dólares; la avenida Ordóñez Lazo, en Cuenca, 20 millones; la Gualaceo-Limón, 55 millones; la Minas-Pucará, 7.8 millones; la Sígsig-Gualaquiza, 65 millones; y, la Cuenca-Pasaje, 38.1 millones.

Ninguno de esos proyectos, al momento, está concluido. La Gualaceo-Limón encareció en 39 millones de dólares, mientras hay conflictos legales con los constructores, previéndose que la obra concluya en 2023. En 2017 el avance fue del 20% y se preveía terminarla en septiembre de 2018.

La Sígsig-Gualaquiza, de 89.9 kilómetros, en 2017 tenía el avance del 69%, con el plazo para terminarla el 30 de abril de 2018.

La avenida Ordóñez Laso tiene pendiente el tema eléctrico y alumbrado, con una inversión de 700 mil dólares, para probablemente terminarla hasta finales del presente año.

La vía Cuenca-Girón-Pasaje, plagada de fallas geológicas, no encuentra soluciones definitivas, sometida a reparaciones que no aguantan los inviernos y el intenso tráfico, como en los primeros meses del presente año, cuando los “remiendos” duraron pocas semanas. El ministerio prevé soluciones mediante concesiones para los próximos 35 años. El mantenimiento y mejoramiento de esta vía en 2017 tenía el 67.5% de avance y el plazo de entrega era el 30 de enero de 2018.

La Minas-Pucará, de 36 kilómetros, no pertenece a la red estatal y fue un compromiso presidencial a favor del gobierno provincial del Azuay, que requiere ocho millones de dólares para la terminación, y no los dispone. En 2017 el avance era del 40% y el plazo terminaba en enero de 2018.

El plan de 2017 contemplaba el mantenimiento de la carretera Cuenca-Molleturo-Empalme-Naranjal, con créditos de la CAF, pero aún no pueden resolverse varios puntos críticos en zonas de problemas geológicos e hídricos que causan frecuentes derrumbes. También, el mantenimiento de la vía Cuenca-La Jarata-Oña, donde se hace tratamiento rutinario en puntos críticos.

El reclamo por la vialidad regional es permanente. Este recorte del semanario AVANCE del 24 de junio de 1979, antecesor de la revista actual, es elocuente.

El proyecto de hace cinco años incluía otras obras urgentes, como la construcción de siete distribuidores de tráfico en la vía Cuenca-Azogues, por aproximadamente 47.5 millones de dólares, para repotenciar el uso de la vía. También, el acceso desde la Y de Tarqui hasta Cuenca, con una vía de cuatro carriles y 14 kilómetros, proyecto de 61,04 millones de dólares que se dio de baja porque los estudios no contemplaban las indemnizaciones por los terrenos afectados, lo que implica la actualización de catastros que puedan usarse a partir de 2023.

Una de las vías muy críticas es ésta de acceso a Cuenca por la Panamericana Sur, pues actualmente el tráfico colapsa en horas pico y especialmente en los fines de semana, acrecentando hasta en una hora y media el trayecto de menos de 20 kilómetros entre Tarqui y Cuenca, que debería ser de menos de media hora.

En los temas anunciados en 2017 especial interés despertó la vía El Descanso-Gualaceo-Paute, de 27 kilómetros, por 200 millones de dólares, con cuatro carriles desde Guangarcucho hasta el cerro Tubón, a través de túneles que se conectarían a la divisoria hacia Paute y Gualaceo. Aparte de aliviar el tráfico, esta vía ahorraría el tiempo de viaje a los cantones azuayos. Fue un sueño ministerial que acaso se realice algún día…

 

OPINA EL SUBSECRETARIO REGIONAL

Luis Mario Barzallo, Subsecretario del MTOP

El Subsecretario del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, región 6, que comprende Azuay, Cañar y Morona Santiago, Luis Mario Barzallo, dice que el problema financiero impide atender las necesidades de mejoramiento y nuevas obras de vialidad.

La planificación existe y ha sido bien realizada desde años atrás por el Ministerio, que además cuenta con profesionales altamente capacitados, pero los 400 millones de dólares de presupuesto del MTOP no alcanzan para atender a todo el país, según el funcionario que ejerce el cargo desde septiembre de 2021 y ha sido ratificado por el Ministro que remplazó a Marcelo Cabrera.

La crisis de la vialidad en la jurisdicción –apunta- se agravó en los últimos meses por la intensidad invernal que causó derrumbes y destrucción de carreteras, con aluviones que se produjeron en Marianza, cerca de Cuenca; en Santa Isabel la creciente del río Chantaco, en Azogues el río Burgay, en Azogues y El Tambo.

Las mejores soluciones para la seguridad vial son los modelos de concesión que deben aplicarse en la jurisdicción, como ocurre en la sierra central, en la costa y el norte del país, señala. El funcionario anunció que próximamente se contratará los distribuidores en la avenida 12 de Octubre, en Gapal, en el redondel del hospital del IESS y en el sitio Bella Vista, obras que resolverán trabas de circulación en sitios estratégicos de la ciudad de Cuenca.

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